El Freixenet Alcohol Free Blanco es un cava catalán sin alcohol que estará presente en nuestra mesa estas navidades. Así muchas personas que asisten a nuestras fiestas y no beben alcohol podrán saborear un cava de Freixenet.
Este vino espumoso es un ejemplo de cómo una bebida sin nada de alcohol puede llegar a tener un sabor que no desmerece comparándola con un cava con alcohol. Este sabor ideal se consigue basándose en una técnica de destilación en frío de la uva Moscatel de Freixenet.
Sin duda, es un buen acompañante para los aperitivos que siempre sirvo para que mis invitados vaya picando mientras le doy los últimos retoques a la cena de nochebuena. No descartó servirlo con la ensalada de queso de cabra que prepararé para mi suegra. Este cava acompaña muy bien los quesos, sobre todo los quesos más curados.
Mi marido me dijo que él lo quería con su sushi tras probarlo. Abrí una botella para un ensayo que hice de la cena de nochebuena el domingo pasado. Me gusta tenerlo todo muy controlado porque viene mi cuñada a casa y es muy criticona.
Muchas amigas mías han comprado el cava sin alcohol de Freixenet más que nada para los niños. Así todos podremos brindar sin que se nos suba a la cabeza la bebida. En mi casa se beberá mucho. Creo que lo serviré también con los paltos de aves. Por ejemplo, con el capón que preparo para la comida del día de Navidad.
Os lo recomiendo. El Freixenet Alcohol Free Blanco cuesta 8,50 euros. No es de los cavas más baratos ni es de los más caros. Tiene un precio medio.
La botella es de 75 ml con el característico tapón de todos los cavas e igualmente difícil de abrir. Yo se lo dejo a mi santo para que lo descorche como un campeón.
Vuelvo a decir que me gusta su sabor. Lo notas en el paladar refrescante y bastante cítrico. Es sencillamente delicioso. Lo seguiré comprando durante el año para las celebraciones familiares que requieran una botella de cava en la celebración.
Este vino espumoso es un ejemplo de cómo una bebida sin nada de alcohol puede llegar a tener un sabor que no desmerece comparándola con un cava con alcohol. Este sabor ideal se consigue basándose en una técnica de destilación en frío de la uva Moscatel de Freixenet.
Sin duda, es un buen acompañante para los aperitivos que siempre sirvo para que mis invitados vaya picando mientras le doy los últimos retoques a la cena de nochebuena. No descartó servirlo con la ensalada de queso de cabra que prepararé para mi suegra. Este cava acompaña muy bien los quesos, sobre todo los quesos más curados.
Mi marido me dijo que él lo quería con su sushi tras probarlo. Abrí una botella para un ensayo que hice de la cena de nochebuena el domingo pasado. Me gusta tenerlo todo muy controlado porque viene mi cuñada a casa y es muy criticona.
Muchas amigas mías han comprado el cava sin alcohol de Freixenet más que nada para los niños. Así todos podremos brindar sin que se nos suba a la cabeza la bebida. En mi casa se beberá mucho. Creo que lo serviré también con los paltos de aves. Por ejemplo, con el capón que preparo para la comida del día de Navidad.
Os lo recomiendo. El Freixenet Alcohol Free Blanco cuesta 8,50 euros. No es de los cavas más baratos ni es de los más caros. Tiene un precio medio.
La botella es de 75 ml con el característico tapón de todos los cavas e igualmente difícil de abrir. Yo se lo dejo a mi santo para que lo descorche como un campeón.
Vuelvo a decir que me gusta su sabor. Lo notas en el paladar refrescante y bastante cítrico. Es sencillamente delicioso. Lo seguiré comprando durante el año para las celebraciones familiares que requieran una botella de cava en la celebración.
Si eres amante del vino o una persona a la que le gusta darle un toque a sus celebraciones, comidas especiales o momentos compartidos, estos 5 vinos espumosos se antojan imprescindibles.
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Con mi vestido asimétrico
y mi copa de champán
soy la señora feliz
que te quiere invitar
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el vestidito que hay:
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