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viernes, 18 de marzo de 2022

Las picardías que salvan un amor de reality

Me llama mi amiga Cristina Porta. Llora como una magdalena. Su Onestini se le fue a Italia diciéndole adiós en el twitter. No la entiendo. ¿Cómo pensaba esta mujer que el dentista italiano la iba a querer toda la vida? Los amores de reality no duran nada. Estás enamorada mientras te tienen encerrada. Cuando te ponen en la calle con el cheque, te olvidas de la persona que amaste dentro de la casa. Lo único que recordarías son las picardías que pusiste para vivir a todo trapo tus noches de amor.
Cristina me dice que no puede más. Jura y perjura que no volverá a enamorarse de un italiano. Un español no la habría dejado a través del twitter. Yo creo que se equivoca. Pero no me importa. Cristina tiene derecho a equivocarse. La ayudo ofreciéndole unas picardías negras con lacitos rojos. 
No las quiere. Prefiere vestir el pijama de invierno que dejó Luca en su casa. Todavía necesita sentir el olor del dentista. De todas formas, le dejo las picardías rojas. Sé que me las pagará. Cristina es una buena clienta. Me compra mucha lencería erótica.


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